Humedales: un fortín natural que combate el cambio climático

Antes de la llegada de los conquistadores a la Sabana de Bogotá, los muiscas, habitantes de esta enorme planicie en medio de las cordilleras, llamaban a los humedales chupqua.

Ubicados en varios puntos de la ciudad, han sobrevivido al avance de la urbanización y en medio de un panorama lleno de construcciones, brindan a la urbe un respiro y la cercanía de la misma naturaleza.

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Estos ecosistemas son formas de la tierra, tanto al interior de los continentes como en las zonas costeras, que facilitan la acumulación de agua y generan un ambiente acuático, de acuerdo con la WWF.

Algunos de estos pueden ser naturales -como los manglares, las sabanas inundables, las ciénagas, los bosques y las sabanas inundadas o los lagos de alta montaña- o artificiales, como las represas o los arrozales. Allí, el agua puede estar de manera permanente o por temporadas, y ser estancada o corriente. Sus microorganismos, vegetación y animales están adaptados a las particulares condiciones de flujo del agua.

En el interior de los humedales es posible encontrar plantas sumergidas, emergentes o flotantes; camarones, caracoles, peces, delfines y manatíes. Y, a su alrededor, la vida también es diversa, por lo que, dependiendo del lugar donde estén, habrá bosques y matorrales de ribera, ranas, aves, tortugas, caimanes y nutrias.

Humedal Córdoba Foto Alcaldía de Bogota

El papel de los humedales

• Controlan y previenen inundaciones, retienen sedimentos y nutrientes, contribuyen en la descarga y recarga de acuíferos, funcionan como reservorios de aguas.
• Son refugio de biodiversidad endémica, hábitat esencial de diversas especies residentes y migratorias.
• Son barrera de defensa contra el cambio climático, pues regulan temperaturas extremas y su capacidad para capturar carbono es enorme: pueden almacenar 50 veces más carbono que las selvas tropicales.

¿Qué es el medio ambiente y cómo cuidarlo?

Según la WWF, son el único ecosistema que tiene un tratado mundial que vela por su protección y manejo sostenible: la Convención de Ramsar, con 171 países miembros. c

Hasta el momento 2.300 humedales han sido declarados Sitios Ramsar o Humedales de Importancia Internacional, y en Colombia son 12.

En el país están ubicados en todo el territorio: en la alta montaña, en la Amazonia, en la costa Caribe, en la Orinoquia, y en la costa Pacífica. Estos son:

1. Laguna de la Cocha (Nariño).
2. Estrella fluvial del Inírida (entre Guainía y Vichada).
3. Deltas de los ríos Baudó y San Juan (Chocó y Valle del Cauca).
4. Ciénaga Grande de Santa Marta (entre Magdalena y Atlántico).
5. Sistema de Chingaza (Cundinamarca).
6. Laguna del Otún (Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima).
7. Laguna de Sonso (Valle del Cauca).
8. Lagos de Tarapoto (Amazonas).
9. Ciénaga de Ayapel (Córdoba).
10. Complejo Cenagoso de Zapatosa (Cesar).
11. Complejo de humedales del río Bita (Vichada).
12. Complejo de humedales urbanos de Bogotá (Bogotá).

La capital cuenta con 15 humedales que están distribuidos por toda la ciudad. Conocerlos es gratuito, sin embargo, para visitarlos es necesario hacer una solicitud y diligenciar un formato que podrás encontrar en la página de la alcaldía.

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Actividades permitidas

De acuerdo con la Alcaldía de Bogotá, en los humedales se puede hacer avistamiento de aves, debido a que en estos espacios llegan pájaros residentes y migratorias. También se puede hacer recreación pasiva, meditación y contemplación del paisaje.

Lo que no está autorizado

• Arrojar basura.
• Recorrerlos en bicicleta. Para conocer el humedal debes hacerlo a pie.
• No pasear mascotas. Podrían afectar a las especies nativas.
• Construirlos o habitarlos, cualquier alteración los afecta severamente.
• Fumar o realizar fogatas. Se corre el riesgo de un incendio forestal.
• La pesca está prohibida en los humedales de Bogotá.

Humedal Capellanía Foto Alcaldía de Bogotá

Amenazas para los humedales

Los humedales están amenazados por factores como la contaminación, el cambio climático, las represas, y la agricultura y acuicultura intensivas.

Sin ellos, las ciudades tendrían que gastar más dinero para tratar el agua para sus habitantes, las inundaciones serían más devastadoras para las comunidades cercanas, habría más probabilidad de que las tormentas provocadas por los huracanes lleguen a tierra firme, miles de especies serían desplazadas o desaparecerían, y los suministros de alimentos se interrumpirían, resalta la WFF.