Especial: Los riesgos que podría afrontar Colombia con el fenómeno de El Niño

El calentamiento global cada vez es causa de una mayor preocupación en todo el mundo. El clima en determinadas regiones de Colombia ha variado como consecuencia del fenómeno de El Niño, próximo a llegar a Colombia, y el de La Niña.

En las regiones sufren las consecuencias y por eso RTVC Noticias viene registrando los testimonios y las historias de las personas que padecen los estragos de las altas temperaturas.

En los últimos días Naciones Unidas publicó un informe donde alerta al mundo por los impactantes efectos que generaría la llegada del fenómeno de El Niño.

La agencia de la ONU encargada de las previsiones del tiempo atmosférico advierte que hay un 80% de probabilidades de que el fenómeno de El Niño comience entre julio y septiembre de 2023, lo que provocará un aumento de las temperaturas a nivel global, y sequías y precipitaciones en distintas regiones del mundo.

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Los cambios en la temperatura del Océano Pacífico, las sequías intensas, el aumento del calor y fuertes precipitaciones son algunos de los efectos a los que nos podríamos enfrentar en Colombia.

“Lo más probable es que el desarrollo de El Niño provoque un nuevo repunte del calentamiento global y aumente las posibilidades de batir récords de temperatura», declaró el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

Christian Euscátegui, meteorólogo consultor en sistemas de alerta temprana, indicó que la llegada del fenómeno de El Niño implicaría para el país una disimución en las precipitaciones y aseguró que la probabilildad de que El Niño llegué el próximo mes de junio se ubica en el 82%.

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Evolución reciente del fenómeno de El Niño

A partir de febrero de 2023, se ha producido un aumento significativo de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial, con un calentamiento notablemente más fuerte a lo largo de la costa de América del Sur.

A mediados de abril de 2023, las temperaturas de la superficie del mar y otros indicadores atmosféricos y oceánicos en el centro-este del Pacífico tropical se corresponden con las condiciones del estado neutral.

Sin embargo, aún no ha pasado la «barrera de previsibilidad primaveral» del hemisferio norte, un periodo en el que resulta más complejo hacer predicciones acertadas.

No hay dos fenómenos de El Niño iguales y sus efectos dependen en parte de la época del año. Por ello, la Organización Meteorológica Mundial y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales seguirán de cerca la evolución de la situación.

Condiciones climáticas extremas no le dan tregua al sur del Atlántico

Las altas temperaturas que se registran por estos días en el Atlántico tienen en alerta a las autoridades que están haciendo un llamado para que los barranquilleros se hidraten y tomen medidas para contrarrestar el calor, a pesar de las lluvias esporádicas.

“Nosotros teníamos más de dos meses que no llovía por aquí y hoy llegaron ustedes y al menos han caído unas gotas. Pero esto no es suficiente para mitigar la situación que tenemos en nuestro municipio y en el departamento”, manifiesta Armando Mosquera, campesino del sur del Atlántico.

El agua que rara vez llega visitó esta mañana esta zona del sur de Atlántico. Fue un aguacero inusual en una zona donde no caía una gota desde hace casi 90 días.

Es una lluvia que llega tres meses después, en medio de una sequía a los 40 grados que ya causa estragos.

Suan, Santa Lucía, Campo de La Cruz y Candelaria viven los rigores de la ola de calor que, temen los expertos, pueden ser el preludio de algo peor llamado fenómeno de El Niño.

“Que cosa, que si hoy llueve el pasto que el ganado se lo come ya la lluvia lo daña, lo pudre y ya para mañana ya no sirve, entonces queda el ganado con menos pasto porque ya no tiene ni basura para comer, ni tiene pasto verde, entonces eso lo que hace es empeorar la situación”, sigue contando Armando Mosquera.

Así se vive hoy en día en el sur del Atlántico

Todo el sur del Atlántico vive en un tira y afloje. Cuando sale el sol, la sequía arrasa y cuando llueve, las inundaciones ahogan cultivos y ganado. En los dos extremos de una realidad llamada técnicamente variabilidad climática, queda pobreza y desolación.

“Bueno, aquí el problema en la parte ganadera es que ya no es rentable el negocio, ya que sino es por mucha lluvia es por la sequía que nos afecta a todos los pequeños y medianos ganaderos”, expresa Alberto Zárate, otro campesino de esta zona.

Esta misma lluvia hace unos meses provocó que varios ríos salieran de su cauce e inundaran todo el cono sur del departamento.

Hoy, después de 90 días bajo el sol, hay una celebración cautelosa por este aguacero de mayo.

“Nosotros hemos venido estando afectando desde el año pasado porque hubo una gran cantidad de lluvia y murieron una cantidad de reses, y al terminar las lluvias comenzó la sequía y hoy las reses están muriendo por mucha sequía ya que no tienen pasto”, señala Mosquera.

Son tan intensas las temporadas de lluvias y sequía en esta zona del Atlántico que algunos creen que pagan algo así como una penitencia.

Foto: Colprensa – Archivo

“Los animales no están produciendo en cuestiones de leche por la cuestión de la sequía del pasto y por la cuestión de las carnes que tenemos que venderlas mal vendidas porque no dan lo que es”, nos contó Iber Rosero.

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“Y cómo pueden ver, hay veces qué hay que hacerles todo esto para que los animales puedan medio alimentar porque no para decir que no es lo suficiente, entonces cómo pueden ver aquí esta muere como tenemos que hacer todo este procedimiento”, agrega.

No hay cifra exacta de hectáreas perdidas por estas condiciones extremas y el cálculo del ganado muerto va en mil cabezas en los meses más recientes.

“Nos pasa esto que estas aguas servidas son despachadas al canal, los animales o las reses toman agua contaminada y ¿qué pasa?, viene la muerte de los animales. Igualmente los campesinos que hacen su trabajo laborioso también toman vía de esto para regar su agricultura”, asegura Miguel Zárate.

Una situación que se agrava, si se tiene en cuenta que estos municipios del sur del Atlántico viven de la agricultura y la ganadería.

“Como pueden ver, los animales ya no están produciendo mucho, tenemos que buscar otro sustento porque ya la producción de la leche no estamos entregando las cantidades que teníamos que entregar con el sustento de nuestro diario», sostuvo Rosero.

«Y prácticamente hay que hacer será otra cosa porque esta ya se nos está saliendo de las manos ya”, añadió.

En el sur del Atlántico solo les queda esperar que, entre un aguacero y otro, no pase tanto tiempo, pero no tanto que los inunde. El clima que cambia y que los mantiene al límite del dolor y la tragedia.

Fenómeno de El Niño: Sequía en Córdoba Puerto Escondido

En esta tierra no se puede hablar de verdes pastos, lo que hasta hace unos meses fue alimento para el ganado, hoy es un terraplén amarilla producto de las sequía que se vive y del incipiente y probable fenómeno de El Niño que ya golpea a Puerto Escondido Córdoba. 

En una de las zonas productivas para decenas de fincas lecheras, el campesino Henry Lascario dijo al noti de todos que «este verano ha sido muy fuerte, esto nadie lo esperaba». Otro campesino, Jorge Oliverio, también se refirió al fenómeno del El Niño «este es un verano que se ha alargado».

El sol intenso hace que el ganado no tenga qué comer, los animales famélicos dan cuenta de la difícil situación
La gente teme lo peor, pues la sequía apenas comienza pero ya es una crisis que se vive en las veredas y las calles del casco urbano.

«Porque todo el mundo decía que este año no iba a haber verano, por el tema de las inundaciones y fue al revés, porque esto está teso por todas partes», Henry Lascario.

En cambio a finales del año pasado, el panorama por cuenta de las inundaciones dejó 450 familias damnificadas. El agua llegaba hasta la cintura y que en ese momento escaseaba y ponía en riesgo la seguridad alimentaria de los pobladores de la región. 

«Los últimos dos meses han sido muy complicados porque han sido muy secos, estamos esperando la lluvia por lo menos unos 15 o 20 días y no ha sido así» Jorge Olivero.

Ya son cuatro meses en que los que no cae una gota de agua, las autoridades declararon calamidad pública pero más allá de las medidas por ahora no hay una solución real para producir alimentos o encontrar agua.

«Ahora ni leche hay casi, estamos sobreviviendo de lo poquito que uno se rebusca, a veces con el carrito y cualquier cosita que salga por ahí, la vaina está tesa» campesino Lascario.

Nosotros como campesinos no hemos podido iniciar lo que son los cultivos de época, lo que viene siendo el maíz, nosotros a estas alturas del año ya es para que tuviéramos una cosecha de maíz sobre un 80 por ciento para cosecharlo.

Puerto Escondido con su drama resulta un ejemplo doloroso de lo que es la variabilidad del clima y el calentamiento global.

El pueblo cuenta con cuatro afluentes entre ríos y quebradas pero en este momento todo estopa seco. Buscar agua es un ejercicio de ingenio diario pero sobro todo un alto riesgo.

Jorge Olivero le contó al noti de todos que «estamos consumiendo la misma agua que están consumiendo los animales en condiciones de insalubridad, porque cuando el pozo se va secando o cuando el reservorio se va secando, lo que va quedando es un barro, entonces la gente va y consume de eso».

Tener un acueducto hace parte del imaginario colectivo y parte de otra historia, porque lo que un día fue un proyecto se quedó como lo que llaman un elefante blanco…hoy, también un animal al sol.

Foto: Pexels

Pronóstico y alerta en Barrancabermeja

El pronóstico es alarmante. Dice Naciones Unidas que durante los próximos cinco años, a causa del cambio climático y la inminente llegada del fenómeno de El Niño, la temperatura en el mundo se elevará a límites desconocidos. 

En su más reciente informe, dice la ONU que la crisis climática que se acerca, superará la del año 2016, la cual generó graves afectaciones en todo el planeta.

En Colombia, de acuerdo con el Ideam, hay altas probabilidades de que el fenómeno de el niño impacte el país podría, incluso, iniciar en las próximas semanas. Tres regiones serían las más afectadas. 

«Principalmente la región pacífica colombiana del centro de la región andina, todo lo que es cauca Nariño Antioquía, el Golfo de Urabá, centro de la región caribe, el archipiélago de San Andrés y Providencia«, Diana Rueda jefe de oficina de pronósticos del Ideam.

En el pasado fenómeno de El Niño que golpeó al país, en el año 2016, la Unidad de Gestión del riesgo y desastres reportó 367 calamidades públicas que afectaron 719 municipios para este nuevo fenómeno, el cálculo es que las afectaciones lleguen a ser peores, probablemente.

«Ahora ciertamente tenemos un fenómeno inverso, que va a significar sequías, prácticamente en estos mismos sitios, o sea que van a hacer muchos productores que van a pasar detener sus cultivos inundados a tenerlos secos«, dijo Diana Rueda, Ideam.

Por ejemplo el departamento de La Guajira, que es un departamento muy vulnerable por poco tema de la adaptación en mitigación, un solo grado puede generar un impacto significativo para la población. 

Una de las prioridades en este momento en el país es acelerar la adaptación al cambio climático, «entonces el país no sólo tiene que trabajar en la recuperación, si no trabajar ya toda la reducción del riesgo de prepararse para toda la ocurrencia del niño, que va a representar sequías y mayores temperaturas», Juan Carlos Urrego,.

No se sabe con exactitud cuanto tiempo estaría el fenómeno de El Niño en el país, sin embargo el Gobierno Nacional se prepara para los escenarios más difíciles.

«Las instituciones de nivel nacional municipal y departamental, deben elaborar sus planes de contingencia frente al tema de sequía, eso es muy importante que las entidades alcaldes los mandatarios incluso que van a llegar el próximo año, tengan buenos planes de contingencia», MinHacienda.

Para la mitigación de estos fenómenos, Naciones Unidas recomienda principalmente conservar los ecosistemas y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pues el fenómeno de El Niño se produce cada dos a siete años, y los episodios suelen durar entre nueve y doce meses.