Se llevó a cabo la ceremonia de reconocimiento a todos aquellos que hicieron parte de la denominada 'Operación Esperanza'.
En la mañana del lunes 26 de junio, desde la Casa de Nariño, se llevó a cabo la ceremonia de reconocimiento a todos aquellos que hicieron parte de la denominada 'Operación Esperanza', una heroica misión en la que las Fuerzas Militares y comunidades indígenas juntaron sus saberes para rescatar a los cuatro hermanos que estaban extraviados en la selva luego del accidente de la avioneta en la que viajaban.
En el siniestro, tres personas, incluida la madre de los menores indígenas, perdieron la vida. No obstante, los niños lograron sobrevivir durante cuarenta días gracias a la habilidad de Lesly, la hermana mayor (de 13 años), quien cuidó de Soleiny (9 años), Tien Noriel (4 años), y Cristin (1 año).
Todos ellos hoy continúan a cargo de un equipo multidisciplinario en el Hospital Militar, donde se recuperan satisfactoriamente.
Tras una decisión unánime del Consejo de la Orden de Boyacá, se les entregó la cruz de caballero a militares e indígenas de la ‘Operación Esperanza’, que permitieron el rescate. Entre ellos Nicolás Ordóñez y Edwin Manchola, los líderes de la comunidad de Araracuara, quienes tuvieron el primer contacto con los menores.
Acto seguido, le fue concedida la medalla militar Gran Cruz por servicios distinguidos a Pedro Sánchez, comandante de operaciones especiales de la ‘Operación Esperanza’, quien no desfalleció en ningún momento hasta escuchar las palabras que indicaban una buena noticia: “Milagro, milagro, milagro, milagro”.
Igualmente, fue destacada la labor de la Unidad para las Víctimas, la Unidad de Restitución de Tierras, la Aeronáutica Civil, la Unidad Administrativa Especial Parques Nacionales de Colombia y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en la ‘Operación Esperanza’.
Mensaje del presidente Gustavo Petro a miembros de la Operación Esperanza
El presidente Gustavo Petro destacó desde la Plaza de Armas de la Casa de Nariño que la ‘Operación Esperanza’, que inició el 5 de mayo y culminó el 9 de junio, deja una reflexión sobre la madre naturaleza: “Somos mucho más ancestrales de lo que creemos”, indicó, y dejó este mensaje: “No se desarrolla el ser humano si destruye la selva, empieza a evaporarse en lugar de evolucionar”.
De hecho, recordó que recibió una llamada en la que le indicaban que la selva tenía retenidos a los niños. Por eso, respetuoso de las creencias indígenas, aceptó que se juntaran los conocimientos militares con la espiritualidad y los saberes ancestrales: “Juntos encontraron la vida. La selva devolvió a los niños para que los cuidemos, quizás el enorme mensaje es cuidar a la niñez colombiana. (..) También se ha reconstruido un puente que históricamente estaba roto. El Estado debe ser la expresión de la Nación y, por tanto, nos tenemos que entender todos”.