Connect with us

Colombia

La comunicación como base fundamental en la educación de los hijos

Junto a la comunicación, el respeto también es primordial en ese proceso.

Formación integral: el plan del Gobierno para transformar la educación en Colombia
Foto: Pixabay

Criar a los hijos y darles una buena educación es una tarea desafiante pero gratificante que implica moldear a las futuras generaciones. En este proceso, es fundamental cultivar valores como el respeto, la empatía y la comprensión.

A lo largo de la historia, algunas formas de crianza han recurrido a la violencia física o verbal como un medio de control, pero hoy en día, existe una creciente conciencia sobre la importancia de criar a los hijos sin violencia.

Según dijo Adriana Vergara de la Ossa, docente del programa de Psicología de Areandina sede Valledupar, aún es común encontrar familias que pretenden educar a sus hijos con violencia física y verbal.

Lee también: 10 colegios públicos de Bogotá implementan educación contra el bullying

Es clave, según la docente, no normalizar prácticas de abuso contra los niños sino revisar formas diferentes de diálogo.

“Es importante aclarar que no todo trauma psicológico se puede percibir a simple vista, desde problemas de autoconcepto, autoestima, inseguridad, ansiedad, depresión, miedo al abandono y poca asertividad, pueden ser problemáticas que vienen asociadas a un historial de abuso y maltrato en la infancia y adolescencia”, señaló.

Es más, Vergara insistió en que estos factores, junto con otros biológicos, sociales y culturales, pueden contribuir a la aparición de trastornos y problemas de salud mental en los niños, niñas y jóvenes.

Normalizar la violencia y permitir tratos humillantes de las demás personas, deteriora la relación y el vínculo entre padres e hijos, creando reacciones emocionales adversas como sentimientos de desprecio por quien castiga.

Comunicación y respeto para una buena educación

El diálogo es una herramienta poderosa para forjar un vínculo emocional sólido con los hijos. Escuchar activamente sus pensamientos y sentimientos, así como compartir los propios, crea un ambiente propicio para la confianza y el respeto mutuo.

La comunicación abierta también les permite expresar sus preocupaciones y necesidades de manera constructiva.

“Todo niño, niña y adolescente tiene derecho a recibir un trato digno, recibir afecto y cariño. La crianza de los hijos es una tarea que requiere de mucha paciencia y dedicación, es un camino en el que no solo aprende el menor sino también el cuidador o cuidadora en el día a día”, manifestó.

Sin embargo, muchos padres se preguntan si dejar hacer lo que el niño o niña quiera es sano o es la solución para una crianza moderna.

Vergara explicó que lo primero que se debe hacer es analizar qué hay detrás de un comportamiento, ¿necesidad de afecto?, ¿atención?, ¿hambre y sueño?

“Esto a simple vista parece fácil, pero no es tan fácil, porque requiere que el adulto también pueda gestionar de forma correcta sus emociones, logrando el control de su propia conducta, y no es fácil porque en la sociedad se ha enseñado a reprimir las emociones que son molestas, como la tristeza, el enojo y, el miedo”, sostuvo.

Elogio y disciplina positiva

Este enfoque busca corregir el comportamiento sin recurrir a la violencia. Se basa en el respeto mutuo, el diálogo y el entendimiento de las necesidades emocionales de los niños.

Esta forma de disciplina implica escuchar y validar los sentimientos de los hijos mientras se establecen límites claros y se ofrecen soluciones constructivas.

Puedes leer: Ventajas del uso de material desestructurado en los niños y niñas

Igualmente, reconocer y elogiar los comportamientos positivos de los hijos fortalece su autoestima y fomenta una buena actitud hacia sí mismos y hacia los demás, además de una óptima educación.

En lugar de centrarse en los errores, destacar los aciertos y los esfuerzos brinda un entorno más amoroso y estimulante para el desarrollo de los niños.

“Si queremos enseñar autocontrol al niño debemos también controlar nuestro propio comportamiento y esto lo logramos gestionando nuestras emociones», recalcó la docente.

«Es importante aclarar que la permisividad y negligencia al extremo también son consideradas formas de maltrato; la disciplina positiva se trata de establecer límites y normas dentro de la crianza pero sin la utilización de la violencia”, cerró.

Sigue a RTVC Noticias y mantente conectado
Salir de la versión móvil