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Medio Ambiente

Deforestación, una amenaza para la Amazonía colombiana

En RTVC Noticias preparamos un informe especial sobre esta problemática ambiental.

Aunque comparado con el 2020, durante el primer semestre de este año, cerca de 22.000 hectáreas (ha) menos fueron deforestadas en la Amazonía colombiana, esta problemática sigue ocupando la agenda del Gobierno Nacional.

Según registra el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono (SMByC) del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), el año pasado, entre enero y junio, se deforestaron cerca de 64.500 hectáreas, mientras que en el mismo periodo del 2021 la pérdida alcanzó aproximadamente 42.600 hectáreas, lo que representa una reducción del 34%.

Frente al comportamiento por departamentos, las autoridades señalan que se presentó de la siguiente manera:

  • Caquetá: entre enero y junio registró una reducción cercana al 40%, pasando de 25.000 hectáreas deforestadas en 2020 a 15.100 en 2021.
  • Meta: presentó una reducción del 37%, pasando de un poco más de 26.000 hectáreas deforestadas en el primer semestre de 2020, a cerca de 16.000 en 2021.
  • Guaviare: registró una reducción del 18%, pasando de 14.000 hectáreas durante el primer semestre del 2020, a 11.700 en el mismo periodo de 2021.

Pese a todo eso, existe preocupación entre autoridades y pobladores de las áreas que circundan la Amazonía colombiana.

Problemática latente

Resulta comprensible tal preocupación, ya que, más allá de las cifras, la minería ilegal, la agricultura insostenible y los cultivos ilícitos continúan arrasando con cientos de hectáreas de selva amazónica.

De acuerdo con el Ideam, el año del desarme de las Farc (2017) fue el de mayor deforestación del siglo: 219.000 hectáreas, 76% más que en 2015, antes de firmar el acuerdo de paz negociado en Cuba.

En la Amazonía colombiana la destrucción pasó de 56.062 hectáreas a 132.205 en ese mismo lapso: un aumento del 136%.

Y es que, en los mismos territorios por donde alguna vez caminaron guerrilleros ahora pastan miles de vacas, en una tendencia de acaparamiento de tierras con fines especulativos, la actividad que más pone en riesgo a los bosques, seguido de la ganadería extensiva.

Narcocultivos

Más allá de la salida de las Farc, que imponían su ley en el bosque, el sonido de las sierras eléctricas continúa haciendo eco con frecuencia en cada rincón selvático del Guaviare, donde se observan miles y miles de árboles caídos.

Árboles que luego son incinerados para dar paso a pequeños arbustos de coca, de donde se extrae la materia primera para producir cocaína.

Para muchos pobladores es eso, o morir de hambre.

Solo en el Guaviare hay 3.227 hectáreas de narcocultivos, según la ONU (más de 124.000 en todo el país).

Defensores de la Amazonía

Sin embargo, hay quienes se resisten a acabar con la Amazonía, como los pobladores que registramos en nuestro informe especial, los cuales en el pasado fueron deforestadores, y actualmente son defensores a ultranza de la flora y fauna de la región.

Así, con la ayuda de las fuerzas militares, Ejército y Armada Nacional, este grupo de campesinos lucha día a día, primero para cambiar la mentalidad respecto al aprovechamiento de los recursos del bosque sin causar daño a la biodiversidad, y luego para evitar que el pulmón del mundo desaparezca.

No será sencillo conseguirlo, pero bien dicen que los grandes cambios empiezan por pequeñas acciones.

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