El migrante salvadoreño tenía estatus legal protegido, pero fue acusado de pertenecer a la pandilla MS-13, de acuerdo con el gobierno de Estados Unidos.
La reunión se llevó a cabo con una agenda centrada en el fortalecimiento de la relación bilateral en seguridad, migración y lucha contra el crimen transnacional.
El reciente anuncio del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, sobre la disposición de su gobierno a recibir criminales estadounidenses y migrantes deportados en su megacárcel a cambio de una compensación económica ha generado una ola de críticas y preocupaciones en la comunidad internacional.