Las amenazas ya no vienen escritas en papel ni entregadas por desconocidos en la calle. Hoy, muchas veces, se esconden tras un retuit, una burla en forma de “parodia”, o un hilo viral que se difunde desde una cuenta anónima. Lo que parecía humor político es, en realidad, una estrategia calculada para intimidar, estigmatizar y silenciar. Y ahora hay pruebas.
Desde noviembre de 2024, al menos seis perfiles en la red social X protagonizaron una campaña sostenida contra el presidente de la República, varios funcionarios del Gobierno, líderes sociales y periodistas. Los blancos eran claros: quienes defienden el proyecto del Gobierno, quienes comunican sus avances, quienes representan voces diversas o pueblos excluidos.
🚨URGENTE: Una de las personas cercanas a @Lykanista que anda amenazando periodistas y activistas en redes sociales, su casa fue allanada hace una semana en el barrio Provenza en Bucaramanga. Se trata de @RoloCampesino identificado como Daniel Rodríguez. Una vez se analice la… pic.twitter.com/Gdc0Jdy8Zo
— David Rozo (@DonIzquierdo_) May 20, 2025
Las plataformas digitales fueron el escenario. Las amenazas, lejos de ser espontáneas, tenían un patrón: se replicaban entre sí, atacaban en oleadas y usaban formatos paródicos para eludir sanciones de la red. La Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación lo llaman por su nombre: una red articulada de odio digital.
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Un patrón que se repite: amenazas a Petro, a sus ministros y a RTVC
El informe oficial —al que tuvo acceso RTVC Noticias— señala que al menos 78 publicaciones con contenido violento fueron detectadas como parte de esta red. Los ataques no solo se dirigían al presidente Gustavo Petro (@petrogustavo), sino también al ministro de Educación Daniel Rojas Medellín (@DanielRMed), a la activista Esther Castro (@Biousario), a la estadista colombo-china Hanwen Zhang (@hanwenzhang1982), y con especial énfasis, al gerente de RTVC, Hollman Morris.
El gerente del Sistema de Medios Públicos, periodista de larga trayectoria, había denunciado recientemente el acoso sistemático contra el Sistema de Medios Públicos: “Nos están poniendo la lápida en el cuello”, afirmó en abril, refiriéndose a los intentos de deslegitimar y atacar desde medios corporativos y el mundo digital a quienes ejercen el derecho a informar desde una perspectiva pública, diversa y ciudadana.
No era exageración. La investigación judicial lo confirma: RTVC y su gerente fueron blanco explícito de amenazas directas desde cuentas como @RoloCampesino, cuyo administrador ya fue plenamente identificado.
El rostro detrás del odio: el caso @RoloCampesino
El 13 de mayo de 2025, la Fiscalía y la Policía allanaron un apartamento en el barrio Provenza de Bucaramanga. Allí vivía Daniel Ernesto Rodríguez Ortega, ingeniero de sistemas, 41 años, divorciado, trabajador de la empresa Esinergia. Tras varios meses de monitoreo, cruces de bases de datos, análisis de fuentes abiertas y cooperación internacional, las autoridades determinaron que él era el administrador del perfil @RoloCampesino.
El 16 de mayo, durante un interrogatorio formal, Rodríguez admitió que había publicado amenazas contra Hollman Morris. Afirmó haberlo hecho “por frustración”, debido a la crisis del sistema de salud y a la falta de medicamentos para sus familiares enfermos de cáncer. Un pretexto que no logra justificar su trayectoria en la red social X, marcada por la intimidación y amenazas al sector político progresista.
Pero esa confesión no detiene el proceso. La Fiscalía prepara la audiencia de imputación de cargos con base en la evidencia digital incautada, entre la que se encuentra el celular del indiciado, identificado como el dispositivo desde el cual se realizaron las publicaciones amenazantes. La investigación también documenta la interacción entre múltiples perfiles que difundían contenidos violentos y amenazas de forma sistemática, lo que permitió integrar los procesos en una sola línea de investigación sobre violencia digital organizada.
Sandra Chindoy, David Rozo y una lista de periodistas que crece
Lo más grave de este caso es que no es aislado. Hace pocas semanas, RTVC Noticias denunció las amenazas recibidas por la lideresa indígena y periodista Sandra Chindoy, reconocida por su defensa de los pueblos originarios y su papel en escenarios de paz territorial. También el periodista David Rozo, conocido por su activismo político y su trabajo en redes sociales, ha sido víctima de hostigamientos permanentes.
Las amenazas no distinguen jerarquías. Atacan desde la Presidencia hasta los comunicadores comunitarios. Desde las autoridades nacionales hasta las lideresas barriales. Son un síntoma de una violencia política digital que crece, y que busca sembrar miedo en el debate público.
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Las redes no son neutras: son campo de batalla
Lo que la investigación oficial demuestra es que las redes sociales han dejado de ser simples plataformas de opinión. Se han convertido en verdaderas trincheras desde donde se libran disputas en las que el sentido común, la verdad y la legitimidad, no son respetadas. La red X es apenas el escenario. Lo que está en juego es el derecho de las personas a expresarse sin miedo, a disentir sin ser amenazadas, a informar sin ser silenciadas.
Los perfiles parodia, lejos de ser inofensivos, cumplen una función estratégica: enmascaran la amenaza. Se disfrazan de sátira, de humor negro, de sarcasmo político, pero detrás de cada publicación hay una intencionalidad clara: desprestigiar, intimidar, desgastar emocionalmente.
Y aunque muchos creían que la impunidad digital era norma, el caso @RoloCampesino marca un punto de inflexión: se puede investigar, identificar, judicializar.
La defensa de los medios públicos no se negocia
Desde RTVC, organizaciones de periodistas y entidades de Gobierno se ha rechazado enfáticamente la amenaza contra los periodistas del Sistema de Medios Públicos. De igual manera, se ha reafirmado el compromiso con el ejercicio libre y responsable del periodismo. Todas las formas de violencia —digital o física— contra periodistas, líderes sociales, funcionarios o ciudadanos que hacen parte del debate democrático son inaceptables.
La lucha por la libertad de prensa también se libra en los entornos digitales. Y en esa lucha, el silencio no es opción.