Así fue la intervención del presidente Gustavo Petro en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Alemania

En el Hotel Bayerischer Hof comienza este viernes la Conferencia de Seguridad de Múnich, Alemania, el escenario más importante del mundo en el que se discuten los grandes problemas de la seguridad global y donde el único presidente suramericano invitado este año es Gustavo Petro.

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A este evento internacional, donde se debaten los retos de la política exterior y de seguridad mundial, asiste una delegación colombiana integrada también por el ministro de Relaciones Exteriores (encargado), Luis Gilberto Murillo Urrutia;  la directora del Departamento para la Prosperidad Social, Laura Sarabia; y la embajadora de Colombia en la República Federal de Alemania, Yadir Salazar Mejía.

«El objetivo que se ha trazado la Conferencia es fomentar la confianza y contribuir a la resolución pacífica de los conflictos, de ahí su interés por propiciar el diálogo allí donde de otro modo no sería posible, permitiendo intercambios informales entre responsables», se lee en un comunicado emitido en últimas horas por la Presidencia de Colombia.

«Hay que construir justicia social»: presidente Petro inicia su intervención en Múnich

Sobre las 2:05 de la tarde de este viernes (8:05 a.m. en Colombia), el mandatario colombiano inició su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Alemania.

Petro comenzó refiriéndose a la desigualdad social que vive Colombia y haciendo un llamado a la justicia social en el mundo.

Gustavo Petro en Munich, Alemania. Conferencia de Seguridad.

«Si usted quiere saber qué pienso yo de cómo reconciliarnos y cómo proyectar esa idea a escala planetaria, tendría que decir que hay que construir justicia social», expresó el jefe de Estado colombiano.

A las 2:20 p.m. (8:20 a.m. hora colombiana) intervino António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, quien subrayó la necesidad de elucidar la relevancia de los derechos humanos en una nación profundamente polarizada; es imperativo comunicar a la población los acontecimientos y proporcionar una comprensión clara de lo que está sucediendo en el mundo.

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Petro: «El mercado actual nos llevará al abismo»

En su intervención de las 2:30 p.m. (8:30 a.m. hora colombiana) en la Conferencia de Seguridad de Múnich, el Presidente Gustavo Petro abordó con urgencia la crítica situación global, declarando que nos encontramos al borde de la extinción.

Petro se refirió a la sensación de que la idea del progreso ha llegado a su fin, llevándonos peligrosamente hacia una situación similar a la barbarie global de 1933. «Estamos siendo testigos de un genocidio en tiempo real», una realidad que el mandatario señaló como desoladora y ante la cual nos enfrentamos como impotentes observadores o, peor aún, «como cómplices».

Petro enfatizó que este no es el fin, sino más bien el comienzo de una crisis que afecta directamente a los países del sur. Explicó que el sur se ve obligado a expulsar a su población debido a la migración de recursos como el agua hacia el norte y la aceleración del deshielo.

África y América del sur, potencia de energías limpias: Petro

Petro delineó la posibilidad de un pacto democrático entre África y América del Sur, resaltando el potencial de ambas regiones en energías limpias. Contrapuso esta alternativa a la mirada tradicional del petróleo como saqueo, planteando la necesidad de un nuevo paradigma que incluya un poder público global y democrático.

Para finalizar, hizo hincapié en que para lograr la supervivencia como humanidad, es imperativo cambiar las relaciones de poder y dejar de medir la fuerza en términos de aviones y bombas.

Más adelante, sobre las 4:30 p.m. (10:30 a.m. hora colombiana), el canciller (E) Luis Gilberto Murillo afirmó con convicción que Colombia ha asumido un nuevo papel como vocero del sur global.

En un momento crucial, destacó la singularidad del presidente Petro, quien se convirtió en el único mandatario elegido directamente en América del Sur. En medio de un contexto internacional marcado por tensiones y discusiones sobre la guerra, el presidente se erige como un defensor inquebrantable de la paz.