La tristeza del ‘Hombre Caimán’ en Plato, Magdalena

La leyenda del ‘Hombre Caimán’ es tan importante para los habitantes de Plato, que tiene un festival con su nombre, un monumento y una plaza en su honor. Sin embargo, esta tradición está a punto de perderse de no conseguir quien quiera continuar con este legado.

Por primera vez en casi 60 años, el famoso ‘Hombre Caimán’ de Plato, Magdalena, teme que, como dice el estribillo de su himno, el caimán se vaya, pero que ya no regrese.

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Edgar Romano Moisés –quien desde que tenía 14 años da vida a la leyenda del hombre que se volvía caimán, para espiar a las jovencitas bañandose a orillas del Magdalena– nunca antes había sentido tan cerca la posibilidad de que la tradición quede convertida en un simple recuerdo.

Lleno de nostalgia, Edgar sabe que los años pesan y la posibilidad de que no haya un ‘caimancito’, dispuesto a reemplazarlo con altura, lo atormenta; pues hace cuatro meses, debido a quebrantos de salud, no ha podio ponerse su disfraz.

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«Mínimo tiene que durar conmigo dos años, para que aprendan todo lo que yo investigué durante 40 años».

Aunque, por ahora, a la puerta de su casa solo llega Moncho, el perro de la cuadra, él no pierde la fe y espera en un futuro tener a quien entregarle el título del nuevo ‘Hombre Caimán’.