La Organización de Naciones Unidas expresó su "profunda preocupación" por la violencia creciente en Siria, marcada por enfrentamientos armados entre comunidades religiosas y bombardeos israelíes sobre el territorio. Geir O. Pedersen, enviado especial del organismo para Siria, calificó la situación como "inaceptable" y llamó a detener de inmediato todas las hostilidades, incluyendo los ataques realizados por Israel.
Los pronunciamientos de la ONU surgen tras el agravamiento de los choques entre combatientes drusos y fuerzas armadas vinculadas al nuevo gobierno islamista sirio, en las afueras de Damasco y la región de Homs. En Sahnaya, a solo 15 kilómetros de la capital, murieron al menos 22 personas durante los enfrentamientos nocturnos. Las cifras de la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevan a casi 40 los fallecidos en las últimas 48 horas.
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Israel alega protección a los drusos
Israel reconoció haber realizado un ataque aéreo en la zona. Según el primer ministro Benjamin Netanyahu, el bombardeo fue una "acción de advertencia" contra un supuesto grupo extremista que, asegura, planeaba atacar a la minoría drusa.
"Esperamos que el gobierno sirio actúe para proteger a esta comunidad", declaró el gobierno israelí.

Miembros de la comunidad drusa se congregaron en el funeral de 7 personas asesinadas por las fuerzas de seguridad de la coalición islamista en el poder. /AFP.
Sin embargo, el enviado de la ONU rechazó cualquier justificación para operaciones militares extranjeras en suelo sirio. “Insisto en la necesidad de respetar plenamente la soberanía de Siria. Los ataques aéreos deben cesar de inmediato”, dijo Pedersen en un comunicado oficial. También exigió que se tomen “medidas urgentes para proteger a los civiles y evitar una escalada sectaria”.
Inestabilidad por tensiones religiosas
Tras la caída del régimen de Bashar al Asad en diciembre de 2024, el nuevo gobierno interino liderado por una coalición islamista sunita ha prometido garantizar la estabilidad del país. Pero la tensión religiosa persiste, especialmente con las comunidades minoritarias como la drusa, que representaban cerca del 3 % de la población y gozaban de cierta autonomía bajo el régimen anterior.
El Gran Muftí de Siria, Osama al-Rifai, alertó sobre el peligro de una guerra civil alimentada por diferencias sectarias: “Conocemos el inicio de estas luchas, pero no su fin. Todas las comunidades del país sufrirán las consecuencias si no se frena la violencia”.
Aunque el gobierno de transición ha anunciado investigaciones sobre los responsables de los enfrentamientos, el bombardeo israelí reaviva el debate sobre la legitimidad de estas intervenciones y el papel de actores externos en la prolongada inestabilidad siria.
Mientras tanto, la ONU insiste en que los responsables de las recientes matanzas deben rendir cuentas. “No se puede permitir que la impunidad se imponga una vez más en Siria”, concluyó Pedersen.