“El seguro de vida de una buena reforma es la movilización ciudadana". Antonio Sanguino. / Foto: Ministerio del Trabajo.

Ministro Sanguino defiende reforma laboral y advierte que su “seguro de vida” es la presión ciudadana

Foto: “El seguro de vida de una buena reforma es la movilización ciudadana". Antonio Sanguino. / Foto: Ministerio del Trabajo.
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En entrevista, el ministro del Trabajo aseguró que el gobierno mantendrá su vocación de diálogo en el Congreso, pero sin ingenuidad. Reiteró que la reforma no será una “peluqueada” y que los cabildos populares son una herramienta legítima de presión democrática.

El ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, se refirió este lunes  a la estrategia del Gobierno Nacional frente al debate sobre la reforma laboral tras su resurrección en la Comisión IV del Senado. En conversación con Julio Sánchez Cristo, director de la emisora W Radio, el funcionario afirmó que el Ejecutivo concurrirá al debate con disposición al diálogo, pero sin ingenuidad frente a lo que llamó intentos deliberados de sabotear la reforma desde las mayorías legislativas.

“Vamos al debate en la Comisión Cuarta así estemos en minoría, porque enviaron esa reforma a una comisión en la que estamos en minoría de manera deliberada, no de manera inocente. Vamos a discutir hasta el último segundo”, señaló Sanguino, quien también cuestionó el papel de algunos gremios empresariales y congresistas que, a su juicio, contribuyeron al hundimiento del proyecto original.

“Soñemos”: reforma con acuerdo, sin renunciar a los principios

Consultado sobre la posibilidad de que el Congreso apruebe una reforma concertada que satisfaga a todos los sectores, el ministro respondió de forma afirmativa, aunque advirtió que eso requiere voluntad real de quienes tienen reparos al proyecto presentado por el Gobierno.

“Si eso ocurre, significa que le estamos dando una buena noticia al país y a los trabajadores de Colombia. Estamos corrigiendo los errores de la Ley 789 del 2002, que le quitó derechos a los trabajadores, y actualizando nuestras normas laborales con base en estándares internacionales”, afirmó.

Sanguino recordó que el texto aprobado en la Cámara ya incluía sacrificios por parte del movimiento sindical: “Se bajaron de un capítulo completo de derechos colectivos. Aun así, no les gustó ni a Bruce Mac Master, ni a Jaime Alberto Cabal, ni a los ocho senadores que hundieron la reforma, ni a Efraín Cepeda, que engavetó la apelación durante diez semanas”.

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Movilización social como garantía

Uno de los momentos más destacados de la entrevista fue cuando el ministro defendió el papel de la ciudadanía en las calles como factor clave para que la reforma resurja en el Congreso:

“El seguro de vida de una buena reforma es la movilización ciudadana. Si no hubiésemos anunciado la consulta popular, la reforma no habría resucitado vía apelación. Eso es absolutamente inocultable”, sostuvo.

Sobre los cabildos abiertos convocados por el presidente Gustavo Petro, el ministro aclaró que no se trata de propaganda anticipada ni de agitación electoral, sino de mecanismos democráticos legítimos. “Nada de ingenuidad. Hay que tener los ojos abiertos para que el Congreso le sirva a lo que la gente espera de su Congreso y de su Senado”.

Diálogo sí, pero sin olvidar lo que ocurrió

Frente a las críticas por su tono confrontativo en redes sociales, donde calificó de “impresentable” a Efraín Cepeda y cuestionó las posturas de Bruce Mac Master, el ministro respondió:

“La disposición al diálogo no significa silenciarnos. Ellos también salieron a decir que nosotros perdimos, que somos malos perdedores. Eso hace parte de la galería de palabras que concurren en una discusión como estas”, explicó.

Aseguró que ha mantenido comunicación directa con los gremios, pero cuestionó que en el pasado se hayan cerrado a la posibilidad de debatir el articulado. “Tenían los votos para hundir la reforma y los usaron. Bien pudieron haber presentado ponencias alternativas, pero no lo hicieron”.

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Formalización laboral: del discurso a la acción

Sanguino también se refirió a la necesidad de reducir la precariedad en el empleo público y desmontar progresivamente la cultura de la tercerización:

“No se trata de eliminar los contratos de prestación de servicios, sino de establecer que la regla general sea el contrato a término indefinido”, dijo. Recordó que el actual Gobierno ha formalizado 30.000 empleos en el sector público, aunque reconoció que están lejos de la meta de 100.000 definida en el Plan Nacional de Desarrollo.

El ministro criticó la inestabilidad de cientos de trabajadores que cumplen funciones misionales bajo contratación temporal: “Le invito a que les pregunte a los periodistas del Congreso cuál es su modalidad de contratación. Están sometidos a contratos de tres meses, nueve meses. Eso también hay que cambiarlo”.

Reforma en minoría, pero con decisión

La reforma laboral entra ahora en su fase más decisiva. Con la Comisión Cuarta del Senado como nuevo escenario, el Ejecutivo no cuenta con mayoría, pero sí con una agenda clara: evitar que el proyecto sea diluido o nuevamente bloqueado. El ministro del Trabajo cerró la entrevista reiterando que no habrá capitulaciones.

Lo que buscamos es una reforma que responda a las expectativas de los trabajadores de Colombia. No una peluqueada. Y vamos a luchar por eso con todas las herramientas que nos da la democracia”.