Israel ejecutó este jueves (viernes en medio oriente) un ataque sobre territorio iraní, desatando una nueva ola de tensión y encendiendo las alarmas en la comunidad internacional. Según confirmó el propio ministro de Defensa israelí, Israel Katz, el gobierno declaró el estado de emergencia nacional ante la expectativa de una respuesta inmediata de Teherán.
“Después del ataque […] se espera un ataque con misiles y drones contra el Estado de Israel y su población civil en el futuro inmediato”, dijo Katz, en un mensaje que confirmó oficialmente la agresión sin haber sido precedida por una declaración de guerra ni validación internacional.
Horas antes, el presidente estadounidense Donald Trump había insinuado la posibilidad de una acción militar israelí contra instalaciones iraníes. Sin embargo, un alto funcionario citado por AFP reiteró que Washington no formó parte de la operación ni fue consultado previamente: “No estamos involucrados en ataques contra Irán”, declaró el jefe de la diplomacia estadounidense.
Un conflicto histórico marcado por tensiones crecientes
La relación entre Israel e Irán ha pasado de la cooperación estratégica a la hostilidad abierta en menos de medio siglo. Durante las décadas de 1960 y 1970, el régimen del Sha de Irán mantuvo vínculos discretos pero estrechos con Israel, principalmente en materia de inteligencia y comercio de petróleo. Sin embargo, tras la Revolución Islámica de 1979, el nuevo gobierno iraní rompió relaciones diplomáticas y adoptó una posición de confrontación ideológica y geopolítica frente al Estado israelí, al que no reconoce como legítimo.
Desde entonces, ambos países se han enfrentado indirectamente a través de guerras subsidiarias, operaciones encubiertas y ataques cibernéticos. Irán respalda a grupos armados como Hezbolá y Hamás, mientras Israel ha ejecutado asesinatos selectivos de científicos nucleares iraníes y bombardeos en territorio sirio contra milicias proiraníes. El discurso del gobierno israelí, especialmente bajo el liderazgo de Netanyahu y ahora con el respaldo de Donald Trump, ha catalogado a Irán como una amenaza existencial, escalando el lenguaje y las acciones hasta llegar al punto de la agresión directa de este jueves (viernes en territorio de Oriente Medio).
Irán activa defensa y anticipa represalias
La televisión estatal iraní informó que la defensa aérea se encuentra “al 100% de capacidad operativa”, luego de que se registraran varias explosiones en distintas zonas del país. Hasta el momento, el gobierno iraní no ha confirmado si responderá militarmente, pero fuentes cercanas al régimen anticipan una represalia proporcional.
El senador republicano Marco Rubio, aliado político de Trump, lanzó una advertencia directa a Irán: “No ataque intereses o personal estadounidense”, dejando ver el riesgo de una escalada regional que comprometa a múltiples actores internacionales.
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Mercados reaccionan con alarma
Como efecto inmediato, los precios internacionales del petróleo se dispararon más de un 6%. El barril de WTI se cotizaba en 72,29 dólares y el Brent superó los 73,29, lo que refleja el temor a un conflicto de grandes proporciones en una región clave para el suministro energético global.
Estados Unidos rechaza el ataque, pero respalda el genocidio en Gaza
Aunque el gobierno estadounidense se ha desmarcado del ataque contra Irán y ha negado cualquier participación en la ofensiva lanzada por Israel, su postura en Medio Oriente ha sido ampliamente criticada por su ambigüedad y doble rasero. Desde el inicio de la ofensiva israelí contra Gaza en octubre de 2023, Washington ha sido el principal respaldo diplomático y militar del gobierno de Benjamin Netanyahu, incluso vetando resoluciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pedían un alto al fuego inmediato y la protección de la población civil palestina.
Esta política contradictoria se explica en parte por los intereses geoestratégicos de Estados Unidos en la región. Mientras apoya sin reservas las acciones militares de Israel en Gaza, la administración de Donald Trump ha buscado a la vez reactivar un acuerdo nuclear con Irán que garantice estabilidad regional y control sobre el desarrollo de armas atómicas. Esta tensión entre su alianza con Tel Aviv y su deseo de limitar la expansión nuclear iraní expone los límites de su política exterior y la instrumentalización selectiva de los derechos humanos.
Sin respaldo internacional
El ataque ejecutado por Israel no ha contado hasta el momento con respaldo internacional. Varios países han mantenido silencio ante la agresión, mientras se multiplican los llamados a evitar una confrontación de mayores dimensiones. El hecho se produce en un contexto de creciente presión interna sobre el gobierno israelí, que ha sido ampliamente criticado por su ofensiva sostenida en Gaza y sus acciones unilaterales en la región.