Flores en el lugar donde Elías Rodríguez asesinó a la pareja judía.

Estados Unidos acusa de asesinato a Elías Rodríguez, presunto autor del crimen frente al museo judío en Washington

Foto: Rodríguez fue detenido en el lugar y, según documentos judiciales, gritó “¡Palestina libre!” al momento de su arresto. / AFP.
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Elías Rodríguez, de 31 años, fue imputado por el asesinato de dos empleados de la embajada israelí frente al Museo Judío de la Capital. La fiscalía federal investiga el hecho como crimen de odio y posible acto terrorista.

La fiscalía federal del Distrito de Columbia presentó cargos formales de asesinato en primer grado contra Elias Rodríguez, un ciudadano estadounidense de 31 años, acusado de disparar y matar a dos funcionarios de la embajada israelí en Washington. El ataque ocurrió el miércoles 21 de mayo en las afueras del Museo Judío de la Capital, a pocos metros de la Casa Blanca.

Rodríguez fue detenido en el lugar y, según documentos judiciales, gritó “¡Palestina libre!” al momento de su arresto. Luego declaró ante las autoridades: “Lo hice por Palestina, lo hice por Gaza”. La fiscalía ha anunciado que el caso se investiga como un crimen de odio y un acto terrorista, y que podrían sumarse nuevos cargos en los próximos días.

Las víctimas fueron identificadas como Yaron Lischinsky, ciudadano alemán-israelí, y Sarah Lynn Milgrim, estadounidense. Ambos eran empleados diplomáticos y, según el gobierno israelí, estaban comprometidos. El caso ha generado fuertes reacciones tanto en Israel como en Estados Unidos.

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Cargos graves y posible pena de muerte

Rodríguez compareció ante la Corte Federal el jueves 22 de mayo, donde se le notificaron oficialmente los cargos: asesinato en primer grado, asesinato de funcionarios extranjeros, uso de arma de fuego para causar muerte y comisión de un crimen violento con arma de fuego.

De ser declarado culpable, podría enfrentar la pena capital. La fiscal federal interina, Jeanine Pirro, señaló que “este caso es investigado como un acto de terrorismo” y añadió que existen elementos suficientes para considerar también la figura de crimen de odio. La próxima audiencia fue fijada para el 18 de junio.

Los hechos ocurrieron durante un evento organizado para jóvenes profesionales y personal diplomático. Rodríguez se acercó por la espalda a sus víctimas, disparó 21 veces, y luego siguió disparando mientras intentaban huir. Según testigos, tras el crimen, ingresó al museo, donde fue inicialmente confundido con una víctima antes de ser arrestado.

Tensión diplomática y acusaciones cruzadas

El gobierno israelí reaccionó con un fuerte mensaje. El ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Saar, atribuyó el ataque a un “clima de incitación antisemita promovido por líderes y gobiernos internacionales, especialmente en Europa”. El primer ministro Benjamín Netanyahu también intervino, al señalar que “este es el terrible precio del antisemitismo”.

Las acusaciones no tardaron en provocar una respuesta. El portavoz del Ministerio de Exteriores de Francia calificó los señalamientos israelíes como “escandalosos e injustificados”, en un momento donde Europa ha intensificado sus críticas a la ofensiva militar israelí en Gaza.

Mientras tanto, el presidente Donald Trump calificó el crimen como un “ataque antisemita” y aseguró que Estados Unidos garantizará justicia. El caso ha vuelto a poner en primer plano la violencia vinculada al conflicto en Medio Oriente y su repercusión directa en el continente americano.

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Reacciones desde la comunidad judía

El hecho generó conmoción en la comunidad judía local. Hadar Susskind, presidente de New Jewish Narrative, expresó:

“Este es un momento de profundo dolor. No se puede combatir la injusticia con más violencia. Esta no puede ser la respuesta”.

Este evento expone una compleja situación en la que los radicalismos trascienden fronteras. Civiles palestinos son masacrados a diario bajo la orden de Benjamin Netanyahu, mientras la comunidad judía enfrenta las consecuencias del genocidio que un gobierno cuestionado comete en su nombre.

La resistencia a los crímenes de lesa humanidad, cometidos por un régimen de extrema derecha, crece dentro del Estado de Israel, no por temor a represalias sino por sentido de humanidad; algo que los asesinos difícilmente pueden notar. En el juego de las armas, los más vulnerables siempre llevarán la peor parte.