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Colombia

Los pasos perdidos: la ruta de los migrantes haitianos en Colombia

Acompañamos a los ciudadanos extranjeros en el peligroso recorrido desde Rumichaca (Nariño) hasta Acandí (Chocó).

migrantes haitianos colombia
Una ruta terrestre que lleva a los migrantes hacia Necoclí, en Antioquia.

‘Los pasos perdidos: la ruta de los migrantes haitianos en Colombia’ es el informe en el que RTVC Noticias reconstruyó el recorrido que siguen los ciudadanos extranjeros para atravesar el país, con destino Panamá, para luego encaminarse hacia Norteamérica.

Historias llenas de drama, dolor e incertidumbre, en las que miles de familias entrelazan sus vidas con un objetivo común: llegar a Estados Unidos.

Recorrer Colombia para llegar a Necoclí

Son cerca de 1.700 kilómetros los que recorren los extranjeros de frontera a frontera, desde Rumichaca, en Nariño, hasta Acandí, en Chocó.

Caminos ilegales, trochas peligrosas y lugares inhóspitos, con poco tránsito, enmarcan este largo recorrido entre montañas y carreteras, pagando vehículos ilegales y, por supuesto, poniendo en riesgo sus vidas.

Todo con el objetivo de llegar a Ipiales, un punto clave para conseguir un bus que los lleve hasta Pasto, desde donde siguen su ruta hacia Necoclí (Antioquia), para luego llegar a Acandí (Chocó), el penúltimo paso antes de llegar a Panamá, porque después les espera la temida selva del Darién.

Revelador testimonio de un ‘coyote’ que cruza migrantes en Necoclí

¿Cuánto cuesta este recorrido?

La ruta desde Ipiales hasta Necoclí se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los migrantes que llegan de paso a Colombia. Estos 1.243 kilómetros son una verdadera odisea.

De lograr acceder a uno de los cupos en los buses de empresas autorizadas, un migrante puede hacer este recorrido por unos 80 dólares aproximadamente (cerca de $300.000).

En el camino, hay pasos obligatorios, como el de Cali, donde el viacrucis continúa…

¿Qué pasa con los migrantes haitianos en Cali?

En Cali el calvario para los haitianos inicia en la terminal de esta ciudad, ya que allí no le venden tiquetes a ningún migrante de esta nacionalidad. ¿La razón? A través de una resolución de Migración Colombia se fijaron estas restricciones, que buscan controlar el flujo migrante hacia Necoclí o Medellín.

“Al nosotros no poder transportarlos de manera legal, todas estas personas se las estamos entregando en bandeja de plata a los coyotes que hacen con ellos lo que quieren” aseguró Ivanov Russi, gerente de la terminal de Cali.

Tras esta negativa miles de migrantes deciden optar por el transporte ilegal que se encuentra a las afueras de la terminal.

Antioquia, epicentro de varios fenómenos migratorios

En este departamento pudimos comprobar cómo las historias de migrantes venezolanos y haitianos se entrelazan. Los primeros, en su mayoría, van hacia el sur y los segundos hacia el norte del país.

Conocimos una familia que tiene que cargar en su espalda todas sus pertenencias, pero también, el peso del rechazo y la xenofobia.

El paso por Necoclí

Ya en Necoclí, les espera un panorama sombrío, ya que en el municipio antioqueño se encuentran represados miles de migrantes, a la espera de un cupo en una de las lanchas que cruzan hacia Acandí.

Y es que, en lo que va corrido del año, se registran 95.000 migrantes que han hecho tránsito por Necoclí, de los cuales cerca de 19.000 son menores de edad.

Una situación que tiene preocupadas a las autoridades, debido a que algunos han fallecido en un intento desesperado por llegar a sus destinos, sumado al represamiento en la cabecera del municipio.

«Actualmente hay unos 10.000 migrantes en Necoclí y aunque el flujo ha disminuido un poco, porque llegan a diario unos 1.000 y salen unos 500, son muchos los frentes para trabajar en cuanto a atención humanitaria», puntualizó Camargo.

El drama de los migrantes haitianos varados en Colombia

De Necoclí a Acandí

Luego de llegar a Necoclí, los migrantes se dirigen a Acandí, en Chocó, para lo cual deben acceder a un cupo en las lanchas autorizadas para tal fin, aunque se sabe de embarcaciones ilegales que realizan el recorrido.

¿Por qué? Desesperadas, las personas optan por el transporte informal, debido a que comprar un tiquete de forma legal es difícil y requiere:

  1. Pagar alrededor de $160.000.
  2. Esperar entre 30 o 60 días para poder salir del municipio.
  3. Llegar al muelle de Necoclí para abordar las lanchas y llegar a Acandí.
  4. Cruzar el Golfo de Urabá.

Viacrucis por una lancha

Día tras día crece la crisis por migrantes haitianos, cubanos y venezolanos que, represados en Necoclí (Antioquia), aguardan por un lugar en una de las lanchas que cruzan hacia Acandí (Chocó), para luego internarse en la inhóspita selva del Darién, camino a Panamá.

Debido a las restricciones impuestas por Panamá solo hay 500 cupos diarios para emprender este recorrido, un número bajo teniendo en cuenta que la cantidad de migrantes que arriba a Necoclí diariamente alcanza las 1.000 personas.

Ante este panorama, los migrantes apelan a la otra vía: la del transporte clandestino. Un riesgo que le ha costado la vida a varios de ellos y que tiene un costo elevado, pues pese al peligro de un volcamiento, se enfrentan a los elevados costos cercanos a los 200 dólares.

Justamente en el marco de nuestro especial periodístico ‘Los pasos perdidos, la ruta de los migrantes por Colombia’, acompañamos a un grupo de ciudadanos de Haití en su travesía en lancha a través del Golfo de Urabá hasta llegar a Acandí, el último obstáculo antes de enfrentar la temida Selva del Darién, para llegar a Panamá.

El drama en las playas de Necoclí

Después de cruzar por las trochas en Rumichaca, pasar por Pasto, Cali y Medellín, los migrantes llegan a Necoclí, bien sea en los buses autorizados o transporte ilegal.

Recorrimos los cambuches, las playas y el puerto, y el panorama sigue siendo el mismo del que vimos en toda la ruta, el dolor y el drama son los protagonistas.

Conocimos la historia de Itzer Cius, que inició su viaje desde Brasil hacia Norteamérica, pero su situación es devastadora, pues no tiene dinero y debe dormir en la calle.

Los rostros de hambre y esperanza de los migrantes

Las canciones son medicina para el alma y más en una situación como esta, así lo describe Jhimson Bruno. Un artista que ha tenido que padecer hambre y aprender a vivir haciendo varias actividades.

El día que fue más difícil para mí fue cuando estaba en República Dominicana, recuerdo que tenía mucha hambre pasé casi un mes sin comer”, recuerda Bruno, quien ha tenido que guardar sus ahorros para poder migrar a distintos países.

¿Cómo es la ruta de los migrantes haitianos después de Colombia?

Lograr cruzar la frontera de nuestro país con Panamá, es solo el principio de la travesía para miles de haitianos que buscan llegar a territorio estadounidense.

Son meses enteros caminando por países de Suramérica como Chile o Bolivia, hasta llegar al temido e inhóspito tapón del Darién.

Cruzar la frontera por el mar en este sector, es una opción descartada pues la mayoría no tiene papeles y hacerlo en embarcaciones improvisadas es un alto riesgo que ha terminado en varios naufragios.

El tapón del Darién

El llamado tapón del Darién, zona selvática de 266 km, se ha convertido en un corredor para migrantes irregulares que, desde Suramérica, tratan de cruzar América Central y México rumbo a Estados Unidos.

La travesía por el tapón del Darién implica entre ocho y diez días caminando, en medio de un clima asfixiante, al que se suman los peligros relacionados con el narcotráfico, especies salvajes, problemas de inseguridad y grupos al margen de la ley.

Precisamente a este último obstáculo nos enfrentamos durante la realización de este especial periodístico, luego de que un sujeto se acercara a nuestra enviada especial, Stephanie Valencia, y le dijera que no podía continuar grabando, sin antes pedir un permiso, lo que retrata los peligros que se corren en esta región del país.

Peligros hasta llegar a la frontera México-EEUU

El recorrido por Centroamérica no es más fácil y kilómetro a kilómetro los migrantes exponen sus vidas.

Historias de migración en pequeñas voces

Rumbo al norte, las inseguridades en diferentes países, con peligrosas bandas criminales, como la Mara Salvatrucha, en El Salvador; así como leyes migratorias restrictivas y grupos traficantes, son parte de los otros peligros a los que se enfrentan los migrantes.

El peligro continúa en países centroamericanos

El Salvador, Guatemala, Honduras y Costa Rica son algunos de los países que también sufren una crisis migratoria a la que ahora se suman los haitianos.

Muchos son víctimas de traficantes de migrantes (llamados ‘coyotes’) y terminan abandonados en contenedores.

Como pasó en Guatemala, donde a principios del mes de octubre fueron rescatados 126 personas en el sur del país mientras intentaban cruzar a México y llegar a Estados Unidos.

Frontera México-Estados Unidos

Agentes fronterizos azotan y persiguen a migrantes haitianos en el paso de México y Estados Unidos. Foto: Paul Ratje / AFP

México también tiene una dura política migratoria, debido a que el número de migrantes que intentan llegar a la tierra del Tío Sam ha ido en aumento en los últimos años.

El país, que el viernes recibirá al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, registró 90.314 solicitudes de asilo de enero a septiembre de este año, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).

Es un número mayor a las 70.406 solicitudes de 2019 y a las 41.509 peticiones de refugio de 2020.

Miles de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos están varados en Tapachula, en el sureño estado de Chiapas, en donde algunos llevan meses esperando documentos que les permitan permanecer en México.

Además, las fuerzas de seguridad mexicanas han evitado que se formen caravanas de migrantes hacia Estados Unidos en las últimas semanas.

Pese a las dificultades, los riesgos y la complejidad del camino hacia Norteamérica, día a día cientos y cientos de migrantes, no solo de Haití, sino de Cuba, Guatemala, El Salvador y Venezuela, intentan alcanzar el tan anhelado sueño americano.

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