Senadora Esmeralda Hernández se refirió al proyecto de ley que busca prohibir corridas de toros en el país

La senadora Esmeralda Hernández y el representante a la Cámara, Alejandro García, lanzaron una alerta a Colombia frente a la existencia, al interior de la Comisión Sexta de Cámara, de una estrategia mañosa, con ‘jugaditas’ y acciones que rayan con la ilegalidad para detener el proyecto de ley que busca prohibir las corridas de toros en el país.

Para la senadora del Pacto Histórico, quien es autora del proyecto, la instalación de una cascada de recusaciones, sin argumentos jurídicos ni elementos probatorios, es la demostración de que hay un interés de dilatar el debate.

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“Exigimos que sea un debate franco con argumentos y no con ‘jugaditas’ como desarmar el quórum engañando a los congresistas y la presentación de recusaciones, haciendo acusaciones temerarias y que darían lugar a procesos penales», afirmó.

Lo que cuestionó la senadora Esmeralda Hernández

En ese sentido, la senadora Esmeralda Hernández cuestionó al representante a la Cámara, Ape Cuello, quien además de ser un amante a la fiesta brava, sería quien estaría liderando diversas acciones para impedir que el proyecto pase su tercer debate y quede a un paso de ser ley de la República.

«Pido a los taurinos que demos un debate con altura, con profundidad, y no con actuaciones vergonzosas para entorpecer el proceso. Hay recusaciones temerarias que configuran los delitos de injuria y calumnia, además de impedir la actividad legislativa», enfatizó el representante García.

Foto: Colprensa

Ambos agregaron en que formularán los respectivos recursos evidenciando las irregularidades y recalcaron en que insistirán hasta que este proyecto surta con éxito el trámite legislativo.

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«Es innegable que con lobby y mañas buscan tumbar el proyecto, pero esta es una iniciativa que cuenta con el respaldo de millones de ciudadanos y ciudadanas que nos entregaron un mandato para que se ponga fin la tortura animal y que Colombia deje de tener la deshonra de ser uno de los ocho países del mundo en el que se admite esta barbarie contra los seres sintientes y contra la vida misma», concluyeron.