El gobierno adquirió compromisos sociales y educativos para restablecer derechos básicos y reforzar la presencia institucional en una región históricamente golpeada por el conflicto armado.
El presidente instó a los campesinos a abandonar el cultivo de coca, afirmando que "con cocaína no se hace ninguna revolución", pero aclaró que no busca criminalizar a quienes dependen de esta actividad para su sustento.
Estas acciones tienen como objetivo asegurar un regreso respetuoso para los deportados, velando por sus derechos humanos y ofreciendo asistencia médica durante el vuelo, si llegara a ser requerida.