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Internacional

El papa Francisco, preocupado por la violencia en Colombia

El Sumo Pontífice dedicó un pensamiento especial al pueblo colombiano en la jornada de este domingo.

Papa Francisco Colombia
El papa Francisco pidió orar por el pueblo colombiano en medio de la tensión por estallidos sociales. Foto: Vincenzo PINTO / AFP

El papa Francisco expresó este domingo su preocupación por las manifestaciones, violentamente reprimidas, que han sacudido a Colombia en los últimos días.

«Quiero expresar mi preocupación por las tensiones y los enfrentamientos violentos en Colombia, que han provocado muertos y heridos», dijo el papa argentino, en un mensaje después de la oración dominical.

«Hay muchos colombianos aquí, rezamos por su patria», manifestó.

Cientos de miles de personas han salido a protestar contra el gobierno del presidente Iván Duque desde el 28 de abril, inicialmente contra un proyecto de reforma tributaria -que ya fue retirado-.

Aunque mayoritariamente pacíficas, las protestas han dejado al menos 26 muertos y un millar de heridos entre manifestantes y uniformados.

Beatificación del juez Rosario Livatino

El juez Rosario Livatino, que tenía 38 años cuando fue asesinado por la mafia en Sicilia el 21 de septiembre de 1990, fue beatificado en la catedral siciliana de Agrigento (sur) en una misa homenaje a un «mártir» de la justicia.

Un relicario que contenía su camisa ensangrentada fue colocado en la catedral, mientras en el Vaticano el papa Francisco rindió homenaje a «un mártir de la justicia y la fe».

«En su servicio a la comunidad como juez recto, que nunca se dejó corromper, se esforzó por juzgar no para condenar sino para redimir», dijo el papa tras el rezo del Regina Coeli.

«Su trabajo lo puso siempre ‘bajo protección de Dios’, por eso se convirtió en testigo del Evangelio hasta su heroica muerte», añadió.

El magistrado italiano, que rechazaba usar escolta armada, fue asesinado a unos kilómetros de su casa, cerca de Agrigento, cuando se disponía a tomar medidas detención domiciliaria contra miembros de las grandes familias de la mafia siciliana (Cosa Nostra).

Cuando la policía llegó al lugar donde yacía con la cabeza destrozada, halló su agenda, con la sigla «STD» inscrita en la primera página, como en todos sus expedientes. Se trata de la antigua invocación ‘Sub tutela Dei’ (‘Bajo protección de Dios’) utilizada por los magistrados en el Medioevo antes de tomar decisiones oficiales.

Rosario Livatino iba cada mañana a la iglesia, antes de dirigirse al tribunal. Sus notas revelaron la fuerza de su compromiso profesional inspirado por sus convicciones religiosas: pedía perdón a Dios por los riesgos a los que exponía a sus familiares. «Hacer justicia, escribía, es como orar y consagrar su vida a Dios».

Livatino había dejado a su novia dos años antes, con su acuerdo. Un misionero de la justicia, dijo a sus padres consternados, no puede involucrar a una esposa y una familia en su aventura.

En visita a sus padres en 1993, Juan Pablo II calificó a Rosario Livatino de «mártir por la justicia e inderectamente por la fe».

«¿Que fue lo que les hice, pequeños?», fueron sus últimas palabras mirando a sus dos jóvenes asesinos, reveló un arrepentido. Luego Rosario Livatino recibió balas en la boca para reducirlo simbólicamente al silencio.

Fue «la queja de un hombre justo que sabía que no merecía esta muerte injusta», comentó el papa Francisco, en un reciente prólogo a un libro consagrado al juez.

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