Cientos de vuelos cancelados este viernes en Estados Unidos por el cierre gubernamental más prolongado de su historia
En el país con el sistema aéreo más grande del mundo, Estados Unidos, los tableros de los aeropuertos amanecieron teñidos de rojo. “Cancelado”, “Demorado”, “Reprogramado”: esa secuencia se repite desde el amanecer en las pantallas de Nueva York, Miami y Chicago, donde miles de pasajeros quedaron atrapados por las consecuencias del cierre presupuestario más largo en la historia.
El “shutdown” federal, que ya supera un mes de duración, dejó sin salario a decenas de miles de trabajadores públicos, entre ellos controladores aéreos, técnicos de torre y agentes de seguridad. La Federal Aviation Administration (FAA) ordenó esta semana reducir el tráfico aéreo en 40 aeropuertos por falta de personal. La medida incluye terminales clave: los tres aeropuertos de Nueva York, los de Washington, Los Ángeles, San Francisco, Chicago, Atlanta, Dallas, Filadelfia y Miami.
De acuerdo con medios internacionales, la FAA inició un recorte del 4 % de los vuelos domésticos este viernes, que podría ampliarse hasta un 10 % la próxima semana si el Congreso no aprueba un nuevo presupuesto. La medida afecta sobre todo los trayectos internos de corto alcance, mientras los vuelos internacionales se mantienen operativos.
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Filas interminables y testimonios de frustración
En el aeropuerto La Guardia de Nueva York, Elvira Buchi esperaba a su hija llegada desde Europa. “Reducir los vuelos, si es por seguridad, por supuesto, pero nunca deberíamos haber llegado a esto”, dijo, mientras observaba a cientos de pasajeros desplazarse entre mostradores saturados.
El portal FlightAware reportó 918 vuelos cancelados hasta las tres de la tarde. Los aeropuertos más afectados fueron Chicago O’Hare, Atlanta y Denver, con demoras que en algunos casos superaron las dos horas. La FAA reconoció que casi el 80 % de los controladores aéreos de Nueva York no se presentaron a trabajar, muchos de ellos agotados tras más de un mes sin recibir salario.
Presión en el sistema aéreo y respuesta de las aerolíneas
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que el impacto podría extenderse a todo el país con la llegada de los festivos de Acción de Gracias: “Si seguimos en esta situación, será difícil garantizar que todos los vuelos despeguen a tiempo”, declaró.
Las aerolíneas American, United y Delta anunciaron que los viajeros podrán modificar sus itinerarios o solicitar reembolsos sin penalización. United precisó que las cancelaciones se concentran en rutas domésticas y regionales, y que los vuelos de larga distancia permanecen estables.
Desde el sector gremial, la Asociación Nacional de Controladores Aéreos advirtió que la fatiga y el estrés operativo alcanzan niveles críticos. “Trabajar bajo presión sin cobrar es mucho pedir”, afirmó Kathleen, jubilada de 81 años que llegó desde Misuri. Su comentario refleja la tensión social detrás de una crisis que afecta tanto a los trabajadores como a los pasajeros.
Un cierre que paraliza servicios esenciales
El bloqueo político entre demócratas y republicanos sobre la ley de apropiaciones ha generado el cierre más largo del gobierno federal estadounidense, paralizando servicios esenciales, desde inspecciones alimentarias hasta pagos sociales.
Según análisis de The New York Times y Reuters, la paralización tiene un costo económico estimado de 6.000 millones de dólares semanales, por pérdidas de productividad y gastos extraordinarios en transporte y seguridad.
Mientras tanto, la Casa Blanca asegura que busca una salida “negociada y responsable”, aunque las conversaciones en el Congreso siguen estancadas. Cada día sin acuerdo aumenta la tensión política y la incertidumbre en el país.
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¿Por qué se produjo el cierre gubernamental en Estados Unidos?
El actual shutdown tiene su origen en una disputa presupuestaria entre republicanos y demócratas sobre el alcance del gasto federal. En el centro del desacuerdo se encuentran tres ejes:
- Los niveles de gasto social y sanitario. Los demócratas exigen mantener las subvenciones ampliadas de salud contempladas en la Affordable Care Act y proteger la financiación de programas educativos y alimentarios. Los republicanos, en cambio, reclaman recortes en esos rubros para reducir el déficit fiscal.
- El financiamiento temporal del gobierno. Los republicanos propusieron una “resolución continua” (continuing resolution) para extender el presupuesto vigente sin modificaciones. Los demócratas bloquearon la iniciativa por considerar que no incluía mejoras en bienestar social ni protección sanitaria, lo que impidió mantener operativas las agencias federales.
- Las partidas de defensa y migración. Sectores conservadores piden aumentar el gasto militar y reforzar la seguridad fronteriza, mientras los demócratas condicionan cualquier aumento a que se preserve el equilibrio con inversión social interna.
El resultado fue la falta de una ley de apropiaciones aprobada antes del 1 de octubre, fecha en la que inició el año fiscal. Sin esa ley, las agencias no pueden ejecutar gasto público ni pagar a sus empleados, lo que forzó su cierre parcial y el trabajo sin remuneración de cientos de miles de funcionarios.