EE. UU. autoriza operaciones encubiertas de la CIA “contra Maduro o su Gobierno”

El New York Times reveló que la administración del expresidente Donald Trump autorizó a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas “contra Nicolás Maduro o su Gobierno”, ya sea en solitario o en coordinación con las fuerzas armadas.
La orden, conocida en la jerga de inteligencia como presidential finding, fue aprobada en secreto y, según el diario, amplía el margen de acción de la agencia en la región, aunque no se ha confirmado si contempla operaciones dentro del territorio venezolano o si responde a un escenario de contingencia.
Lo cierto es que es una carta blanca para que se ejecuten operaciones que pueden impactar directamente la estabilidad del país, que ya enfrenta una situación de polarización política tras las últimas elecciones. La oposición, en su gran mayoría reclama la salida del Gobierno y este, a su vez, ha radicalizado su postura frente a la oposición.
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El medio estadounidense de New York Times citó una fuente anónima en la que revela que la administración norteamericana autorizó a la Agencia Central de Inteligencia para realizar una operación encubierta en Venezuela. Esto ocurre en medio de… pic.twitter.com/3oV7A90rdi— RTVC Noticias (@RTVCnoticias) October 15, 2025
Escalada militar y tensiones regionales
La revelación llega en un contexto de intensa actividad militar estadounidense en el Caribe, donde el Pentágono mantiene desplegada una flotilla de ocho buques de guerra, un submarino nuclear y más de 10 000 efectivos.
Desde septiembre, Washington ha reconocido al menos cinco ataques contra embarcaciones que califica como “narcolanchas”, con un saldo de 27 personas muertas. Las autoridades estadounidenses no han revelado las identidades de las víctimas ni los detalles sobre las supuestas cargas ilícitas.
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La tensión se incrementó después de que Venezuela denunciara ante el Consejo de Seguridad de la ONU que las acciones estadounidenses violan el derecho internacional marítimo. Caracas sostiene que varias embarcaciones fueron atacadas en aguas internacionales.
En Colombia, el presidente Gustavo Petro advirtió que “se ha abierto un nuevo escenario de guerra: el Caribe”, al tiempo que solicitó investigar si entre las víctimas hubo ciudadanos colombianos. El New York Times reportó, citando a dos funcionarios estadounidenses, que en al menos una de las lanchas atacadas viajaban colombianos, mientras la Casa Blanca negó esa versión y pidió una rectificación.
“El combate al narcotráfico debe hacerse con cooperación judicial, no con fuego naval”, reiteró el mandatario colombiano, subrayando que la militarización del Caribe revive métodos de la guerra fría y pone en riesgo vidas civiles.
Qué significa un presidential finding
El documento filtrado, según The New York Times, autoriza operaciones encubiertas de carácter letal y de inteligencia en el Caribe, e incluso “contra Maduro o su Gobierno”. Estas directrices se comunican únicamente a un número reducido de legisladores del Comité de Inteligencia del Congreso estadounidense, y su contenido permanece clasificado.
En la práctica, un presidential finding otorga a la CIA una amplia autonomía operativa, que históricamente ha permitido ejecutar misiones fuera de la supervisión pública y sin aprobación legislativa.
Juristas y analistas en Washington advierten que este tipo de autorizaciones podría reactivar la doctrina de intervenciones encubiertas que Estados Unidos aplicó en América Latina durante el siglo XX, con graves consecuencias políticas y humanitarias.
Debate político y control legislativo en EE. UU.
Paralelamente varios congresistas demócratas cuestionaron la legalidad de los ataques navales en el Caribe. El senador Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia, advirtió en su cuenta verificada que “el Congreso no ha autorizado estos ataques, son ilegales y arriesgan arrastrar a Estados Unidos a otra guerra”. Su iniciativa, respaldada por Tim Kaine y otros legisladores, busca limitar el uso unilateral de la fuerza militar en la región y exigir informes detallados sobre reglas de enfrentamiento y número de víctimas.
Los demócratas sostienen que el despliegue ordenado por Trump viola la Cláusula de Poderes de Guerra y carece de sustento en resoluciones internacionales vigentes. El Senado debatió una moción para revisar los ataques en el Caribe, aunque fue rechazada por estrecho margen.
Estas posiciones reflejan un creciente malestar bipartidista frente a la transparencia en las operaciones militares y de inteligencia, especialmente cuando pueden derivar en confrontaciones armadas sin aprobación del Congreso.
Preocupación en la región
Los gobiernos de la región han expresado preocupación por el riesgo de una nueva confrontación armada en el hemisferio occidental. México, Cuba, Colombia y Brasil han pedido respeto al derecho internacional y transparencia sobre las acciones de EE. UU. en aguas internacionales.
Venezuela denunció ante la ONU que la ofensiva norteamericana vulnera su soberanía y atenta contra la estabilidad regional, mientras que el presidente Maduro ordenó ejercicios militares continuos en las costas venezolanas y decretó un estado de excepción por “conmoción externa”.
La huella de la CIA en América Latina
El propio New York Times recordó que la CIA ha participado en operaciones encubiertas decisivas en el continente, entre ellas:
- El derrocamiento de Jacobo Árbenz en Guatemala (1954);
- La invasión de Bahía de Cochinos en Cuba (1961);
- El golpe de Estado en Brasil (1964);
- La intervención en Chile que precedió a la caída de Salvador Allende (1973);
- Y el apoyo a los “contras” en Nicaragua durante los años ochenta.
Estos antecedentes —documentados y reconocidos en parte por Washington— explican el temor de gobiernos latinoamericanos ante una nueva autorización que legitime operaciones encubiertas en su territorio o en sus mares.
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Un Caribe en riesgo
El Caribe se consolida hoy como un nuevo epicentro de tensión geopolítica. La combinación entre un despliegue militar activo, una autorización secreta de operaciones encubiertas y declaraciones ambiguas de la Casa Blanca ha reavivado los llamados a preservar la región como espacio de paz y cooperación, principio consagrado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Desde Bogotá, el presidente Gustavo Petro ha insistido en su llamado a desmilitarizar el Caribe: “El Caribe no puede convertirse en una zona de guerra. No se puede proteger la democracia con fuego sobre los mares".
El reclamo por las acciones militares estadounidenses en la región ya escaló a la Asamblea General de las Naciones Unidas y al mismo Consejo de Seguridad del organismo. Todo sin una explicación racional estadounidense que pone a Venezuela en el top de los países exportadores de cocaína cuando los estudios sobre el comportamiento del narcotráfico indican lo contrario: la coca está saliendo por el Pacífico y los puertos de Ecuador toman protagonismo.
El trasfondo de esta polémica es: ¿qué busca realmente Estados Unidos? En afganistan, Irak y Libia, hubo referencias que son comparables a las de hoy; problemas que nunca existieron fueron los argumentos para iniciar guerras que devastaron completamente a estos países, mientras negocios millonarios surgieron en tierras llenas de sangre.
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