Más de 100 mil millones para infraestructura educativa en el Catatumbo: proyectos buscan frenar reclutamiento forzado y abrir oportunidades

El Catatumbo, una de las regiones más golpeadas por la violencia y el narcotráfico en Colombia, comienza a vivir un cambio desde las aulas. Con una inversión que supera los 100 mil millones de pesos, el Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa (FFIE) del Ministerio de Educación construye colegios, módulos universitarios y escenarios de innovación en once municipios de Norte de Santander. La apuesta, según el Gobierno, no es solo académica: se trata de una estrategia de paz para reducir el reclutamiento forzado y brindar oportunidades reales a los jóvenes.
Sebastián Caballero, gerente del FFIE, estuvo en El Tarra y Sardinata para supervisar avances en dos proyectos emblemáticos. Allí destacó que, a pesar de las dificultades jurídicas tras la anulación de varios decretos derivados del Estado de Conmoción Interior, las obras continúan.
“La educación construye sociedades del saber y del conocimiento; por eso llevamos la estrategia Colegio-Universidad a los lugares más apartados de Colombia”, afirmó Caballero durante la visita.
La “Ciudadela del Conocimiento” en El Tarra
En la vereda Bracitos de El Tarra se levanta uno de los proyectos más ambiciosos: la Ciudadela del Conocimiento, concebida como un espacio integral desde la básica primaria hasta la educación superior. El complejo contará con un mega colegio, laboratorios, biblioteca, módulos universitarios y zonas recreativas, diseñado para convertirse en un polo educativo y de innovación en medio de un territorio históricamente marcado por el conflicto armado.
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Para Caballero, esta iniciativa responde a una deuda histórica: “Llevar el Colegio-Universidad al Catatumbo es uno de los pilares fundamentales que el Gobierno quiere implementar para abordar de una forma distinta lo que históricamente ha sido un problema de orden público y de reclutamiento forzado”.
Sardinata: arquitectura de vanguardia en zona rural
La segunda escala de la visita fue Sardinata, donde está por finalizar la construcción de la Institución Educativa Alirio Vergel Pacheco. Se trata de una obra no convencional que utiliza el sistema steel framing, con estructuras modulares y arquitectura de vanguardia que permite acelerar la entrega en territorios apartados.
“En las próximas semanas estaremos dando la buena nueva de la entrega de esta institución educativa con arquitectura de punta. Estas obras nos permiten, en pocas semanas, traer soluciones a regiones donde históricamente el Estado nunca había llegado”, señaló Caballero.
La inauguración está prevista en los próximos días y será la primera en completarse dentro del paquete de inversiones proyectadas para el Catatumbo.
Educación frente a la crisis de seguridad
El impulso a la infraestructura educativa en el Catatumbo fue anunciado en marzo pasado durante los Diálogos Constitucionales en Neiva, donde el gerente del FFIE advirtió que la declaratoria de emergencia en la región buscaba enfrentar el reclutamiento forzado con más presencia estatal. La educación, insistió, es la herramienta más efectiva para romper con décadas de violencia y exclusión.
Aunque la Corte Constitucional tumbó varios decretos derivados de la conmoción interior decretada por el presidente Gustavo Petro, el FFIE adaptó sus mecanismos financieros y jurídicos para mantener en marcha las obras.
“Los recursos siempre serán escasos, pero la voluntad de priorizar las zonas rurales y dispersas no se detiene por un fallo. Hoy el Catatumbo es prueba de que, con o sin dificultades jurídicas, el compromiso del Estado con la educación digna sigue firme”, concluyó Caballero.
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Una inversión sin precedentes
La inversión total supera los 100 mil millones de pesos y abarca al menos 55 instituciones educativas en los municipios de Teorama, El Carmen, Hacarí, San Calixto, Convención, Tibú, El Zulia, Ocaña, El Tarra y Sardinata.
El objetivo es consolidar un corredor educativo que no solo brinde acceso a la educación básica y universitaria, sino que reactive la economía local, fomente la innovación y, sobre todo, ofrezca alternativas frente a la presión del narcotráfico y los grupos armados ilegales que han marcado la vida en el Catatumbo.
Con esta inversión, el Gobierno busca transformar un territorio históricamente asociado al conflicto en un referente de paz y conocimiento, donde la educación sea la base de un nuevo futuro para la juventud.